¿Porqué
el anciano con Alzheimer toma la determinación de deambular, por las
dependencias del hogar, salir fuera y caminar por lugares desconocidos?
1)
Necesidades fisiológicas y energéticas, la necesidad de caminar, pasear, de
moverse libremente, de liberar estrés . Combatir el aburrimiento, la inquietud,
la curiosidad simplemente.
2)
La desorientación espacial / personal / temporal, el anciano se encuentra
desorientado, perdido, no reconoce su entorno, busca pistas, lo familiar,
explora, tiene que encontrar al cuidador principal, figura que personaliza su
cuidado, su guía su única conexión con ese entorno al que ya no reconoce.
3)
La hipoacusia, la falta de visibilidad le llevan a una inadecuada
interpretación de sonidos, imágenes, sensaciones que le provocan inquietud.
4)
Los cambios o efectos secundarios de la medicación pueden ocasionar efectos
colaterales negativos como desinhibición, tensión, irritabilidad, nerviosismo,
inquietud, agitación que le lleven irremediablemente a la deambulación errante.
5)
Para él, el entorno es confuso, quiere alejarse de ese lugar que no reconoce en
búsqueda del contexto familiar, ese resquicio de familiaridad que le hace
sentir seguro.
6)
En muchas ocasiones, la voluntad de deambulación queda determinada por ideas
delirantes que le llevan a iniciar el acto motor, alejarse de una alucinación
perturbadora, llevar a cabo un delirio temático (ir a trabajar, recoger a su
hermano etc) o incluso las falsas interpretaciones.
7)
Frecuentemente l malestar físico o el dolor están entre las razones que motivan
la necesidad motora.
8)
La sensación de aislamiento o un entorno carente de estimulación provocan del
mismo modo la necesidad de vagar.
9)
La aparición del sindrome de sundowning
, vespertino, acrecienta la agitación del anciano.
10)
Supervisar el entorno, encontrar e indagar aquellos factores que hagan del
hogar un lugar donde exista la necesidad de deambular.
Para mayor
información : Moreno, A
(2011). La deambulación errante e inquietud motora en demencia. Alcmeon, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 16, Nº 4, Marzo
de 2011, pp 352 - 359.