Muchos son los que no atribuyen importancia a las denominadas terapias blandas o las pertenecientes al conjunto de terapias no-farmacológicas aplicables a enfermos de Alzheimer en los procesos de rehabilitación. El desconocimiento en muchas ocasiones, ocasiona un olvido hacia estas intervenciones siendo desplazadas injustamente e innecesariamente por iniciativas terapeúticas como los fármacos o la rehabilitación física. Hay que atribuirle la misma importancia a la rehabilitación cognitiva o aquellas terapias que trabajen procesos memorísticos, manipulativos, ejecutivos, perceptivos y atencionales debido a la importancia de trabajar las facultades psicológicas superiores diariamente en estos enfermos.
La estimulación cognitiva es una ventaja al igual que la farmacológica y fisioterapia para retrasar el avance de la enfermedad. Siendo las tres perfectamente compatibles durante el tratamiento.
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