domingo, 15 de febrero de 2015

 
(Fragmento extraído del libro “El cuidado del enfermo de Alzheimer: Formación y consejos al cuidador. Capítulo 2. El cuidador en la enfermedad de Alzheimer.)
Normalmente, cuando se diagnostica la enfermedad de Alzheimer, en la pareja, el otro miembro aprueba incondicionalmente a asumir el rol de cuidador principal. Pese a la edad (fundamentalmente por encima de los 65 años), una edad avanzada en la mayoría de los casos, a la que se une los diversos problemas de salud, la aprensión a esta nueva condición y a hacer frente a ese cuidado sola/o en el hogar, en la casa del matrimonio.
1
Fotograma del corto Pe&Fu. Memorias de un corazón”. Ejemplifica a la perfección el rol de cuidador cónyuge.
 
El estado de fragilidad, unido a la identificación moral del cuidado de un compañero vital, con el que ha compartido multitud de experiencias, momentos y la vida misma, encuentra ahora a esa persona deteriorándose con el transcurrir de la enfermedad, la dependencia y el declinar de capacidades que irán en progreso con el transcurso de los años. La nueva exigencia de esta realidad demanda en el cónyuge, desconocidos desafíos y tareas, constantes y dedicadas durante las veinticuatro horas del día. La compleja convivencia, las riendas de un comportamiento turbulento y difícil, la agresividad, la agitación y la conducta hastía del enfermo, genera sentimientos de ambivalencia y de culpa, por un lado es el causante de su desasosiego y del sufrimiento diario y por otro es la persona amada, su esposa/o.
La asunción del cuidado por el cónyuge, es aceptada por éste como una muestra de cariño, de lealtad, de amor, de compañerismo, de reciprocidad y de pertenencia.
2
El diagnóstico de enfermedad de Alzheimer en la pareja divide la dualidad en miembro sano versus miembro enfermo. El miembro sano toma la batuta del cuidado durante el proceso de la enfermedad.
El impacto de la enfermedad de Alzheimer en la pareja, descubrirá lagunas en ciertos aspectos cotidianos, modificará determinadas actividades, tales como la sexualidad, la intimidad, la comunicación, la vida laboral y las actividades comunes antes de la aparición de la enfermedad.
El diagnóstico de enfermedad de Alzheimer en la pareja divide la dualidad en miembro sano versus miembro enfermo. El miembro sano toma la batuta del cuidado durante el proceso de la enfermedad.
Estos perjudiciales cambios, versarán implacablemente en el cónyuge cuidador que experimentará nocivos sentimientos de frustración, culpabilidad, apatía, confusión, preocupación, impotencia, irritabilidad, vergüenza, resentimiento, soledad, confusión, miedo, angustia, desesperación, enfado y rabia. Muchos de estos sentimientos son fruto de una situación insostenible, donde el cónyuge, rendido, agotado y depresivo, ansía que termine el sufrimiento, que el enfermo perezca, hostigado de este modo por el sentimiento de culpabilidad extremo, de sentirse presa del egoísmo y de la frustración de rumiar y esperar decretado final para un ser amado(…).
Desde la perspectiva social, el cuidado marital se desarrolla en el hogar de la pareja, en muchos casos, los cónyuges residen solos en el domicilio, siendo el contacto familiar en muchas ocasiones limitado a algunas visitas en determinadas horas del día o en los fines de semana. Con lo cual el cuidador conyugal prácticamente enfrenta el cuidado desde el aislamiento, por ello es de capital importancia que considere la ayuda domiciliaria, la ayuda informal y la externa. Con frecuencia, el pensamiento de no importunar o molestar a la familia o pensar que ―ellos tienen su vida―, conlleva que el matrimonio anciano no solicite asistencia o incluso rechace o ignore ciertas pretensiones de ayuda de familia, amigos y vecinos.
Imágenes: (Recogidas únicamente en el post con fines didácticos. No se encuentran en el contenido del libro).
- Fotograma del corto Pe & FU memorias de un corazón.
– Una mujer paseando a una anciana en silla de ruedas. (Foto: Ernesto Caparrós/ el Mundo)
Fuente: “El cuidado del enfermo de Alzheimer: Formación y consejos al cuidador”- Angel Moreno Toledo. 2014. ISBN 978-84-616-9089-3

0 comentarios:

Publicar un comentario

  • RSS
  • Delicious
  • Digg
  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Youtube