Los recursos divulgativos o educativos así como las iniciativas
psicoeducativas, terapéuticas y formativas favorecen una comprensión
adecuada, asegura que el cuidador y la familia conozcan la enfermedad y
agreguen a su repertorio habilidades básicas de cuidado a su labor así
como a disipar todos aquellos miedos y dudas o incluso mitos y falsas
concepciones incorporadas a sus creencias.
Este libro pretende ser un acercamiento teórico y una necesaria ayuda al cuidador para abordar la enfermedad de Alzheimer desde el conocimiento y la formación. Los temas tratados en el libro constituyen un compendio de consejos y soluciones así como el tratamiento de temas – entre otros- como el afrontamiento de los síntomas psicológicos y conductuales en el transcurso de etapas moderadas, la comunicación y sus características, el empleo de recursos interactivos en internet como nuevos apoyos entre cuidadores así como una interesante revisión del Alzheimer en la relación conyugal.
ISBN 978-84-616-9089-3
Prólogo escrito por la doctora y psiquiatra, educadora y docente Virginia Viguera y la presentación de la Neuróloga y docente Diana Olga Cristalli.
Este libro pretende ser un acercamiento teórico y una necesaria ayuda al cuidador para abordar la enfermedad de Alzheimer desde el conocimiento y la formación. Los temas tratados en el libro constituyen un compendio de consejos y soluciones así como el tratamiento de temas – entre otros- como el afrontamiento de los síntomas psicológicos y conductuales en el transcurso de etapas moderadas, la comunicación y sus características, el empleo de recursos interactivos en internet como nuevos apoyos entre cuidadores así como una interesante revisión del Alzheimer en la relación conyugal.
Manual de ayuda y consejo a cuidadores de enfermos de Alzheimer, guía de actuación y formación.
ISBN 978-84-616-9089-3
Prólogo escrito por la doctora y psiquiatra, educadora y docente Virginia Viguera y la presentación de la Neuróloga y docente Diana Olga Cristalli.
Angel Moreno Toledo, es el autor de “El cuidado del enfermo de Alzheimer: formación y consejos al cuidador”. Es Psicólogo especialista en Psicogerontología, Formador, Director y Editor de la revista electrónica de Psicogerontología Neurama, autor de numerosos artículos en revistas científicas sobre la disciplina.
Presenta su primer libro dirigido al público cuidador de enfermos de Alzheimer y a impulsar una llamada al asesoramiento en el manejo y a la formación sobre la enfermedad para llevar a cabo una labor de cuidado prolongado de garantías.
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Entrevista al autor
• Se ha avanzado mucho en los
últimos años en el conocimiento y la investigación de la enfermedad de
Alzheimer pero ¿Considera capacitado al cuidador para asumir el reto del
cuidado?
En efecto, los esfuerzos en las últimas
décadas han permitido avanzar satisfactoriamente tanto en tratamientos
como en nuevas terapias o gerencias con respecto a la enfermedad de
Alzheimer. En cambio, todavía necesitamos avanzar en materia social y de
concienciación colectiva para propiciar un entendimiento adecuado de
los postulados básicos del Alzheimer. El cuidador en la mayoría de los
casos afronta la enfermedad con numerosas dudas y miedos así como
grandes lagunas en el manejo del enfermo cuando sobreviene la
enfermedad. De esta manera, encaminar una ofensiva con la formación y el
conocimiento posibilita que el cuidador tenga la competencia y la
fortaleza necesarias para encarrilar una batalla equilibrada contra la
enfermedad de Alzheimer.
• Es cierto que el manejo
asistencial y clínico del enfermo suscita muchas dudas y dificultades a
la persona designada para llevar a cabo el cuidado ¿Qué aportaría su
libro en este sentido?
Fundamentalmente este libro pretende ser
un compendio de consejos de ayuda y una guía de soluciones para que los
cuidadores comprendan y desafíen dichas situaciones con competencia. Es
indiscutible que para el cuidador novicio el enfrentar una situación
como el cuidado prolongado ocasiona estrés, apatía, miedo y numerosos
problemas anímicos dado que en la mayoría de los casos no cuenta ni con
la información adecuada ni con los apoyos necesarios para proceder
convenientemente en el desempeño.
• En su libro dedica un capítulo completo a las terapias no-farmacológicas ¿Cómo valoraría el estado actual de éstas?
Afortunadamente muy positivo. Cada vez
más se apuesta por este conjunto de intervenciones que reportan visibles
beneficios sobre la calidad de vida del enfermo y también sobre el
cuidador. La metodología y programación de las actividades ayuda a
recrear un ambiente positivo, lleno de actividad que busca el
rendimiento y el trabajo y preservación de facultades mentales sin
olvidar su característica balsámica de contraposición a las reacciones
tanto psicológicas como físicas perturbadoras presentes en la enfermedad
de Alzheimer.
• ¿Queda el cuidador principal
desasistido en la mayoría de los casos o lleva a cabo el cuidado con
oportunas habilidades y acertada ejecución?
En muchas ocasiones el cuidador
manifiesta brutales reacciones de sobrecarga (Burnout) que merman sus
capacidades y le invalidan considerablemente para ejecutar dicha labor.
Por tanto, en este caso decimos que es un “cuidador quemado”, presa de
la sobrecarga, las excesivas demandas, la tensión, el agotamiento físico
y psíquico, el desgaste emocional, desmotivado, incluso distanciado
emocionalmente de los demás. El resultado final es un cuidado
contaminado y guiado por esta sintomatología, afectando correlativamente
al enfermo que padece esta situación.
• Usted confía al cuidador una
serie de consejos útiles en el manejo de síntomas conductuales y
psicológicos durante la enfermedad de Alzheimer. ¿Cuáles considera que
son los más perturbadores y los que más desgaste ocasionan en el
cuidador?
Sin duda, los episodios perturbadores
psicólogicos y conductuales son los que habitualmente importunan al
cuidador y los que demandan mayor entereza y demanda de atención le
reportan. No hay que olvidar que detrás de estos síntomas se encuentran
las reacciones de sobrecarga, malestar y estrés y que habitualmente
llevan al cuidador a sopesar la decisión de institucionalización o
ingreso de su familiar enfermo. Por tanto, constituyen las
manifestaciones anómalas que preocupan generalmente a los cuidadores.
• Desde la Psicogerontología y
el rol de los psicólogos en la batalla contra la enfermedad de
Alzheimer, ¿Piensa que nos encontramos actualmente debido a las
circunstancias económicas y sociales en un bucle de retroceso y
estancamiento en esta labor?
Siendo lamentablemente realista , diría a
mi pesar que sí. Actualmente en muchas residencias de ancianos o
instituciones no consideran al psicólogo como una potencial y necesaria
herramienta o un rol eficaz en las plantillas de los equipos
interdisciplinares. El psicogerontólogo debe ser un referente
indiscutible de cada programa, cada terapia o cada intervención, llevada
a cabo con enfermos de Alzheimer en cualquier lugar. Esta crisis
económica global ha cercado, dificultado o imposibilitado si cabe, la
labor profesional de miles de psicólogos interesados en la intervención
en nuestra disciplina.
• ¿Cuales diría que son los errores comunes del cuidador durante su asistencia a los enfermos de Alzheimer? ¿Son subsanables?
En primer lugar destacar que uno de los
errores más frecuentes es perpetrar la labor del cuidado en solitario
rechazando cualquier tipo de apoyo (sea este interno o externo). La
desinformación junto a la sobreprotección del enfermo en primeras fases
son los mayores inconvenientes de una asistencia eficaz. Sí, obviamente
son subsanables y de fácil solución.
• ¿Qué consecuencias prevé que tiene sobre el cuidador principal su desvinculación social durante el proceso?
Consecuencias nefastas, ya que el
perpetuar el contacto social e incluso pactar con familiares o allegados
momentos de delegación de tareas para pasar tiempo con amigos y salir o
buscar tiempo de ocio , es valiosamente recomendable y beneficioso para
ambos, cuidador y enfermo.
• Usted advierte de la presencia de conflicto familiar cuando aparece el Alzheimer ¿A qué se debe y cómo prevenirlo?
El desconcierto inicial y el conflicto
de nuevos roles lleva a un radical cambio familiar. La programación y la
comunicación fluida son esenciales para motivar una unidad familiar de
respeto e implicación.
• La satisfacción del cuidador redunda en un cuidado satisfactorio, ¿En qué medida?
El cuidador instruido en habilidades y
estrategias de afrontamiento al cuidado manejará situaciones de estrés
con éxito. Un cuidador que cuida de su propia salud ofrece un cuidado
efectivo y sucesivamente permite notoriamente el bienestar y calidad de
vida de su familiar enfermo.
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Fuente: Alzheimer Universal
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