jueves, 22 de mayo de 2014

CUANDO LA AYUDA FAVORECE LA DEPENDENCIA

Posted by Angel On 5/22/2014 1 comment
 
En el momento de comenzar a cuidar, la convivencia con el enfermo de Alzheimer genera a la persona cuidadora una serie de dudas que deben resolverse para conducir la labor de cuidado con las máximas garantías. Saber cuál es la actitud del cuidador y su preparación para el cuidado, así como el núcleo familiar que contextualiza la relación entre ambos es determinante.
 
Muchos cuidadores mantienen una actitud afectiva importante para consolidar la atención diaria en sus intercambios con el enfermo, pero con frecuencia estos afectos redundan en la sobreprotección que de alguna manera ensombrece y oculta aquellas capacidades o habilidades que el enfermo aún conserva. Cuanto mayor sea la colaboración o la participación del anciano en sus rutinas diarias (sea en momentos de baño o higiene o en la vestimenta por ejemplo) mayor será su desempeño, facilitará el mantenimiento de funciones, combatirá el deterioro de capacidades, se sentirá más satisfecho consigo mismo y de este modo, la relación establecida será más satisfactoria.
 
 
" No hagas eso por mí, puedo hacerlo yo misma". El cuidador debe permitir al enfermo
 llevar a cabo aquellas tareas que aún puede realizar, aunque le lleve mucho más tiempo que el que consumiría al ayudarle.
 
 
Anticiparse al enfermo en la realización de estas acciones o hacerlo siempre por él sin dejar lugar a que pueda llevarlo a cabo por propia iniciativa, constituye una actitud desfavorable que retrocede significativamente en el estado cognitivo del anciano con demencia. Fomentar la participación, la activación o incluso programar actividades conjuntamente son ampliamente positivas para la relación de cuidado.
 
Pedir opinión, consejo, tener muy en cuenta las preferencias del anciano en la toma de decisiones como en los modos de actuación del contexto (por ejemplo contemplar y respetar decisiones con preferencias en la ropa - en la medida de lo posible - en las comidas, etc.). Favorecen las actitudes positivas de independencia.
 
La situación de hacer la acción sin dejar opción a que el enfermo pueda si es capaz de ello, constituye un importante retroceso en el abordaje de la enfermedad y un error muy común.
 
 
De este modo, favorecer la autonomía en la medida de lo posible será nuestro objetivo principal, aceptar la situación del enfermo y compartir con los demás el cuidado de su familiar y jamás proceder desde el aislamiento. Es muy necesario que aportemos la ayuda sin anular al enfermo, demostrar una actitud positiva a la comunicación y el entendimiento y permitir su libre desenvolvimiento dentro de sus posibilidades.
 
Falta de tiempo, desconcierto sobre el grado de dependencia del enfermo,  sobreprotección, falta de apoyos, prisas e impaciencia son los factores que determinan habitualmente la incapacidad de favorecer la capacidad autónoma del enfermo por parte de su cuidador.
 
 
Fuente de las imágenes: TBO, MCT.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. En Inforesidencias.com acabamos de poner una noticia llamativa. Una residencia para mayores de Lleida para mayores pone el colchón en el suelo para evitar caídas de los residentes y uso de contenciones. La idea la han incorporado tras verla en una residencia de Suiza durante un viaje geroasistencial que organiza el portal de las residencias geriátricas para que los centros de atención a mayores de España conozcan cómo funcionan las residencias en el estranjero. Ver la noticia entera.

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