lunes, 2 de septiembre de 2013

Socialmente el envejecer queda ligado inevitablemente  a enfermedad, fragilidad y decrepitud con una alta prevalencia de discapacidad y de riesgo a la pérdida de capacidades cognitivas y de la independencia personal. Sin embargo, existen ciertos hábitos, consideraciones, consejos ,estrategias y rutinas que reducen el riesgo de padecer, retrasar y revertir el deterioro de la EA en el futuro. Llevar un estilo de vida saludable condiciona un factor de protección contra la contingencia de padecer la EA. Según la Alzheimer´s Research & Prevention Foundation, el ejercicio físico reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en un 50%. El ejercicio regular también puede retardar el deterioro de los que ya han comenzado a desarrollar problemas cognitivos, pequeños ejercicios habituales en principio, establecer una rutina de cortas caminatas, andar o incluso pasear a su ritmo y en compañía de algún familiar/es o amigo/s.

Fundamentalmente uno de los pilares que contituyen el nivel de prevención inicial es la dieta nutritiva, sana y equilibrada en hábitos alimenticios saludables. El consumo de frutas y verduras, en general los consejos alimenticios recomiendan seguir una dieta mediterránea - evitar grasas saturadas, ingerir ácidos grasos omega-3 (salmón, atún, trucha, caballa y sardinas)-, comer a intervalos regulares ayuda a mantener niveles constantes de azúcar en sangre. El ácido fólico, la vitamina B12, vitamina D, magnesio y aceite de pescado se creen que preservan y mejoran la salud cerebral. Lógicamente evitar fumar y beber alcohol ya que ambos hábitos constituyen dos de los principales factores de riesgo evitables para la enfermedad de Alzheimer. Cuando la persona deja de fumar, los beneficios para el cerebro redundan en una mejor circulación casi de inmediato. Sin embargo, los cambios en el cerebro del abuso de alcohol sólo pueden revertirse en sus primeras etapas.
Otro de los puntales cruciales de estas medidas preventivas son representadas por el entrenamiento y la estimulación mental. Aquellas personas que siguen aprendiendo cosas nuevas durante toda la vida y entrenan sus cerebros son menos propensos a desarrollar la EA. Mantenerse activo e implicarse en tareas múltiples o que requieran comunicación, interacción y organización ofrecen mejor protección. Dedique tiempo cada día para estimular sus capacidades mentales.

La calidad del sueño precisa de su función reparadora para funcionar en la capacidad óptima, la falta de sueño no sólo posibilita un mal humor y el cansancio sino que además perjudica su capacidad de pensar, resolver problemas, procesar, almacenar y recordar la información.

El estrés crónico causa un severo impacto en el cerebro. Sin embargo relajar su respuesta al estrés pasará por sencillas técnicas como respirar, programar actividades de relajación diaria o la meditación regular.

Los seres humanos somos seres sociales, mantenerse socialmente activo o participar de sólidos apoyos sociales puede protegerle contra la EA y la demencia por lo que en su vida social siempre debe ser una prioridad.

         El ejercicio actúa como un valioso protector y terapeútico contra la Enfermedad de Alzheimer.



Una de las medidas naturales que combaten la enfermedad. El seguimiento de una dieta sana mejora considerablemente la salud cerebral.





2 comentarios:

  1. A estas cosas se les debería dar mas publicidad para que llegara a todas las personas. Gracias por compartir esta información con nosotros. Un saludo

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    1. Gracias por leer y comentar Rocío. Claro que sí, es importante dar a conocer todo en materia preventiva y cuanto antes desarrollar aquellos hábitos de vida saludables que actúan contra la EA. Un abrazo ¡¡

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